Modalidades del acogimiento familiar.

Hay varias modalidades para clasificar el acogimiento familiar, según su constitución, finalidad, características de los niños/as y/o adolescentes o su relación con la familia (ajena o extensa). Pero nos centraremos en la finalidad y algo en las características, que es lo más interesante a la hora de empezar a decidir qué tipo de compromiso estamos dispuestos a asumir como familia. Es por esto que nos encontramos los siguientes acogimientos:

·       Acogimiento de urgencia diagnóstico: la familia adquiere el compromiso de estar dispuesta a recibir en cualquier momento a un niño/a en su hogar, evitando así el tener que ingresar este en un centro de protección, y que durante un período de tres a seis meses permanecerá bajo su atención y cuidado, hasta que se valore el recurso definitivo o el retorno del niño/a y/o adolescente a su familia.

·       Acogimiento temporal: es un acogimiento familiar donde existe una previsión de retorno a la familia, por lo que la familia de acogida asume esta situación, y además de proporcionar un hogar al niño/a con todo lo que ello implica, está dispuesta a colaborar en facilitar la relación con su familia de nacimiento, de forma que se pierdan los mínimos lazos familiares, mientras se da solución a la problemática que los condujo hasta aquí y se produzca un retorno en un período no superior a los dos años.

·       Acogimiento permanente: la familia de acogida acepta el hecho de que el menor seguirá manteniendo lazos familiares con su familia de nacimiento o no; pero que estará en el seno de su familia normalmente hasta su mayoría de edad. Es verdad, que, en algunos casos, se puede rectificar la medida por motivos que lo justifiquen y favorezcan al niño/a, pero lo normal es que sean los mismos niños/as al cumplir su mayoría de edad los que tengan el derecho de decidir su futuro.

·       Acogimiento especializado: este acogimiento puede coexistir con las modalidades de permanente o temporal, y atienden en mayor o menor grado según el tipo de especializado, a la necesidad de atención, dedicación y cualificación de los acogedores, para poder hacer frente de forma exitosa a las diversas necesidades especiales del acogimiento que se les plantea. Esto atiende a diferentes características de los niños/as y/o adolescentes, como son la diversidad funcional, malos tratos, abusos sexuales y/o trastornos de la conducta leves o graves.

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